Pilates contra la Osteoporosis (I)
El Método Pilates está demostrando en la práctica no sólo ser un gran aliado de los procesos de rehabilitación y mejora de
la postura, sino también ser de gran ayuda para mejorar las condiciones de vida de poblaciones especiales como las personas mayores, las embarazadas (pre parto y post parto), los enfermos de fibromialgia, diabetes, hipertensión, asma, pacientes de cáncer, cardiopatías isquémicas, etc. En el caso de la osteoporosis la práctica de Pilates puede, fundamentalmente, evitar el riesgo de caídas y fracturas que conlleva la disminución de la densidad ósea.
En España, según la Asociación Española contra la Osteoporosis (Aecos), cerca de tres millones de personas padecen osteoporosis, en su mayoría mujeres. De éstas, aproximadamente un 30 por ciento la sufren después de la menopausia. La osteoporosis es considerada como una “enfermedad silenciosa” puesto que, en general, no hay signos ni síntomas hasta que la enfermedad ya está avanzada y se manifiesta con una fractura de una vértebra, de la cadera o de la muñeca, una pérdida de estatura o un dolor agudo y crónico en la mitad superior de la espalda. Debido a la osteoporosis los huesos se vuelven tan frágiles que se pueden romper tras la más mínima caída o en el transcurso de actividades cotidianas como levantar a un bebé, hacer la cama, estornudar, agacharse para atar un zapato o incluso dar un abrazo efusivo.
La osteoporosis es la enfermedad ósea más frecuente y, después de la artritis, es la principal causa de problemas crónicos del sistema músculo-esquelético de las personas ancianas, especialmente del sexo femenino. Según Aecos, la osteoporosis causa más de 1,3 millones de fracturas de vértebras, cadera y muñecas (cifras mundiales).
La posibilidad de romperse y agrietarse afecta, fundamentalmente, a los huesos trabeculares o esponjosos. Los huesos largos de los brazos y las piernas constan, principalmente, de tejido duro, compacto o cortical, aunque los extremos están formados ante todo por tejido esponjoso trabecular. Otros huesos, como las vértebras de la columna, los pequeños huesos de la muñeca y la pelvis son trabeculares, con sólo una delgada capa exterior de tejido cortical. Al ser menos compactos estos huesos se vuelven más frágiles y se pueden romper de manera espontánea o tras pequeños golpes.
Fuente: Giselle Montans
la postura, sino también ser de gran ayuda para mejorar las condiciones de vida de poblaciones especiales como las personas mayores, las embarazadas (pre parto y post parto), los enfermos de fibromialgia, diabetes, hipertensión, asma, pacientes de cáncer, cardiopatías isquémicas, etc. En el caso de la osteoporosis la práctica de Pilates puede, fundamentalmente, evitar el riesgo de caídas y fracturas que conlleva la disminución de la densidad ósea.
En España, según la Asociación Española contra la Osteoporosis (Aecos), cerca de tres millones de personas padecen osteoporosis, en su mayoría mujeres. De éstas, aproximadamente un 30 por ciento la sufren después de la menopausia. La osteoporosis es considerada como una “enfermedad silenciosa” puesto que, en general, no hay signos ni síntomas hasta que la enfermedad ya está avanzada y se manifiesta con una fractura de una vértebra, de la cadera o de la muñeca, una pérdida de estatura o un dolor agudo y crónico en la mitad superior de la espalda. Debido a la osteoporosis los huesos se vuelven tan frágiles que se pueden romper tras la más mínima caída o en el transcurso de actividades cotidianas como levantar a un bebé, hacer la cama, estornudar, agacharse para atar un zapato o incluso dar un abrazo efusivo.
La osteoporosis es la enfermedad ósea más frecuente y, después de la artritis, es la principal causa de problemas crónicos del sistema músculo-esquelético de las personas ancianas, especialmente del sexo femenino. Según Aecos, la osteoporosis causa más de 1,3 millones de fracturas de vértebras, cadera y muñecas (cifras mundiales).
La posibilidad de romperse y agrietarse afecta, fundamentalmente, a los huesos trabeculares o esponjosos. Los huesos largos de los brazos y las piernas constan, principalmente, de tejido duro, compacto o cortical, aunque los extremos están formados ante todo por tejido esponjoso trabecular. Otros huesos, como las vértebras de la columna, los pequeños huesos de la muñeca y la pelvis son trabeculares, con sólo una delgada capa exterior de tejido cortical. Al ser menos compactos estos huesos se vuelven más frágiles y se pueden romper de manera espontánea o tras pequeños golpes.
Fuente: Giselle Montans
Universal Pilates System
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